domingo, 24 de junio de 2012

¿Qué podemos saber de los pintores de la cueva de El Castillo por sus manos?

Esta semana he visto una noticia en LaInformacion.com en la que se preguntan si los autores de las pinturas de la cueva del Castillo son Neandertales o humanos modernos. Esta pregunta viene al hilo de un estudio que se ha publicado recientemente que databa estas pinturas en 40.800 años, abriendo la pregunta de si realmente fueron los humanos quien pintaron las cuevas y abriendo la caja de pandora del posible pensamiento simbólico neandertal.

No me voy a detener hoy en esto, pero si que el artículo me dio una idea. Es posible que no podamos distinguir si eran humanos modernos o neandertales, pero sí que podemos intentar tirarnos a la piscina e intentar descubrir si fueron hombres o mujeres los que hicieron esas pinturas. ¿Cómo se hace eso?

Gracias al ratio D2:D4, es decir, dividiendo la longitud del dedo índice por el del anular. Esta diferencia depende de la testosterona que recibe el feto en el útero y por lo tanto, el índice es mayor que el anular en mujeres y el anular es mayor en hombres.

Hay ya un artículo que estudia las manos de cuevas francesas y cataloga las manos según este ratio, diferenciando entre manos muy masculinas, un poco masculinas, un poco femeninas y muy femeninas. Para ello, primero diferenciaron entre manos infantiles y adultas y posteriormente, entre estas últimas, entre femeninas y masculinas.

¿Y esto para qué sirve? ¿No es más interesante saber si eran humanos modernos que neandertales?

Toda información es útil. Saber si las mujeres y los niños participaban en estas prácticas nos puede ayudar a entender más el tipo de sociedad en la que vivían, especialmente, el grado de diferenciación de tareas con respecto al sexo en el hogar, el arte, los rituales de paso, etc.  Podemos hacer un pequeño experimento con alguna de la fotos que hay publicadas de la cueva.

Foto original: Pedro Saura

Tenemos que tener en cuenta las limitaciones que tiene este método, como la falta de exactitud en las medidas al no poder saber en ocasiones donde empieza o acaba un dedo, el ángulo desde el que soplaron el pigmento que puede afectar a la longitud de los dedos, etc. Pero aún así, puede ser un ejercicio interesante. Lo pongo a continuación:


Como podéis ver, he tenido que oscurecer un poco la foto para distinguir mejor los bordes y aun así, sólo se puede apreciar lo suficiente en algunas manos. He puesto en cada dedo la longitud en pixels y entre ellos el ratio D2D4. Hay que tener en cuenta las limitaciones de las que hemos hablado anteriormente y que este es un experimento "de andar por casa". Aún así podemos ver algunas cosas interesantes:

  • La longitud diferente de los dedos de las manos analizadas parece indicar que se trata de individuos diferentes (al menos 5). 
  • Las dos manos de la parte inferior pueden ser infantiles, por la longitud de los dedos menor con respecto a las manos superiores. La mano en la parte central también es ligeramente inferior que las de la parte superior derecha, aunque la diferencia no es tan grande, pero puede ser de un individuo más joven. 
  • La mayoría de las manos tienen un ratio D2D4 de 0.85 (+-2), lo que indicaría que pueden ser hechas por hombres.
  • La mano inferior derecha tienen un ratio D2D4 de 1.02, lo que podría indicar que es de una mujer joven o una niña. 
  • Aún así, según el artículo que hemos visto antes, deberíamos considerar sólo las manos de adultos a la hora de identificar el sexo mediante el ratio D2D4, así que por lo que podemos ver aquí, habría al menos 2 adultos varones, un joven varón y dos niños
Seguramente se pueden saber muchas más cosas, pero es divertido ver como a partir de un artículo y una fotografía podemos empezar a jugar y a "ver" cosas donde antes sólo había una pared pintada con manos.

ResearchBlogging.org Snow, D.R. (2006). Sexual dimorphism in Upper Palaeolithic hand stencils Antiquity (80), 390-404

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